Paisaje americano

Al comparar el cuadro “El Amanecer” con el cine del director David Lynch, Tagle hace un paralelo que comienza a evocar el misterio y la relatividad del tiempo y cómo la realidad puede perfectamente convertirse en un espacio para la incertidumbre, para la ficción y también para otros micro mundos, ficticios o no.

Es así como el expositor encuentra el punto en común entre el cuadro de Gordon y la película “Carretera Perdida” de Lynch: el misterio y la narrativa cruzada que emanan de ambos trabajos dan vida a la inagotable imaginación del autor para desarrollar escenas únicas, irrepetibles e incluso inconclusas, llevando a variadas y diferentes interpretaciones.

Colores apastelados, a veces más fuertes y brillantes, esparcidos con ímpetu sobre el lienzo o abarcando límites muy bien definidos, hacen que los submundos de sus pinturas habiten un universo más grande pero a la vez ilimitado. Como inacabados, el borde de la pintura nunca está muy claro, son paisajes difusos, casi sicodélicos según el mismo artista, como si fueran más bien atmósferas oníricas.

La muestra, señala el expositor, tiene la intención de dar a conocer cómo un cuerpo de trabajo amplio puede nacer de una idea o una obra pequeña. Cómo las ideas van creciendo y tomando un punto de partida real para irse distorsionando y dando cabida a la narrativa imaginaria y personal.

Sin duda que la puesta en escena de Tagle une la Sala Gasco con los transeúntes que circulan por calle Santo Domingo, demostrando que lo que ocurre afuera puede no ser tan distinto a lo que acontece adentro.